Batallas

La vida está cargada de batallas. Algunas más grandes y otras más pequeñas. Algunas hasta nos pillan por sorpresa y otras las vemos venir. Algunas nos sacuden hasta lo más profundo y nos hacen cuestionar hasta lo que creíamos que era totalmente cierto. Otras, por el contrario, nos van desafiando en silencio, sin ruidos, y nos terminan marcando hasta en lo más hondo. 

Y si algo tengo claro es que cada una de ellas deja marca en nosotros. Algunas dejan cicatrices de las que duelen, de las que son testigo de la fortaleza y de la capacidad innata de levantarnos una y otra vez. Pero es ahí dónde aprendemos quiénes somos y de qué estamos realmente hechos. 

Porque si algo debemos tener claro es que las batallas de la vida no son siempre justas. Muchas de ellas no se ganan. Pero no solo se trata de ganar o perder, la clave es cómo enfrentar el desafío. Tener la fuerza de mirar al miedo a los ojos y levantarse para seguir adelante incluso cuando el camino parece imposible y está lleno de obstáculos.

Porque si te soy sincera, en medio de todo el caos hay resiliencia, aprendizaje de cada golpe de la vida. Porque si algo debes tener en cuenta es que cada batalla nos enseña algo nuevo y nos prepara para lo que está por venir. Y pese a que en muchas ocasiones desearíamos rendirnos y tirar la toalla, ahí es el momento de recordar que las batallas no duran para siempre, que con cada nuevo día, existe la oportunidad de sanar, de empezar de cero. 

Y sí, la vida es un viaje lleno de obstáculos, pero también de momentos de alegría, de amor, de paz. Así que, sigue luchando. No importa cuán dura sea la batalla que enfrentas hoy, recuerda que has superado tantas otras antes. Y aunque las cicatrices que lleves contigo sean el recordatorio de las veces que caíste, también son el testimonio de las veces que te levantaste. 

Porque al final, las batallas de la vida son las que nos hacen quienes somos. Son las que nos enseñan a valorar lo que tenemos, a amar con más intensidad, a vivir con más propósito. Y cuando miremos atrás, veremos que cada batalla, cada desafío, nos llevó un paso más cerca de convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos.